Las últimas previsiones apuntan a una desaceleración del crecimiento y el comercio mundial. Las perspectivas de crecimiento empeoran, sobre todo en Estados Unidos y China, así como en los países que tienen una gran exposición a Estados Unidos a través de las exportaciones, como Canadá y México.
En las economías del G-20 se prevé una moderación de la inflación, aunque en Estados Unidos se revisa al alza.
En la zona euro, el BCE mantiene su previsión de crecimiento del PIB en el 0,9%. La incertidumbre sobre las políticas económicas, la apreciación del euro y las subidas arancelarias afectarán a las exportaciones y a la inversión, aunque se espera que las nuevas medidas de gasto público, principalmente en Alemania, impulsen la demanda interna del área a partir de 2026.
Las previsiones de inflación para 2025 se revisan a la baja, hasta el 2% en promedio anual, por el descenso de los precios energéticos y por la mayor fortaleza del euro.
Las previsiones de crecimiento de la economía española se revisan a la baja por el menor crecimiento de los mercados exteriores, la subida de los aranceles y el aumento de la incertidumbre que, a su vez, también tendría un efecto negativo sobre las decisiones de consumo e inversión de las familias y las empresas.
La apreciación del euro y la mayor competencia de productos importados ayudarán a contener la inflación, aunque una desaceleración de los salarios más lenta de lo previsto tendrá el efecto contrario. Se espera un incremento del IPC del 2,3% en 2025.
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