Impacto de la crisis sanitaria en la actividad económica de la provincia de Alicante

El impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la economía española ha sido muy superior al de otros países de nuestro entorno. El PIB español se contrajo un 10,8% en 2020, muy por encima de la caída registrada en el conjunto de los países de la zona del euro (-6,3%) y en la economía mundial (-3,1%).

La crisis del COVID-19 ha impactado de forma distinta sobre la actividad de las empresas

El impacto de la pandemia ha sido muy desigual, tanto a escala sectorial como geográfica, y también entre empresas y trabajadores. La crisis sanitaria ha tenido una incidencia mucho más negativa en las actividades de servicios, principalmente en aquellas ramas de actividad que requieren una mayor interacción social, como el comercio, la hostelería, el transporte y el ocio. El impacto de la pandemia también ha sido mayor en las empresas pequeñas y en los trabajadores con contrato temporal, más jóvenes y con rentas más bajas. Desde una perspectiva geográfica, la incidencia de la crisis en el PIB ha sido muy dispar entre provincias y ello se debe principalmente a las diferencias en su estructura productiva y al impacto de las restricciones a la movilidad.

Según un informe realizado por el Banco de España, en 2020 solo diez provincias registraron caídas de la actividad mayores que la media nacional (-11%), aunque su peso en el PIB total de España supuso en torno a un 33%. Las provincias más afectadas por la crisis sanitaria han sido las insulares y las del arco mediterráneo.

La provincia de Alicante es la sexta provincia de España con una mayor caída del PIB (-13,5%) situándose por detrás de Baleares (-27%), las provincias canarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (-21% y -19%), Málaga (-17%) y Gerona (-14,2%). Todas ellas se caracterizan por un elevado peso del turismo, sobre todo extranjero, en la actividad provincial.

La especialización productiva de la provincia de Alicante ha propiciado que el impacto de la crisis sea relativamente mayor que en otras provincias

La estructura productiva de la provincia de Alicante se caracteriza por un elevado peso del sector servicios, el que más aporta a la economía provincial, ya que representa el 72% del PIB, cuatro puntos por encima de la media nacional. Esta mayor relevancia del sector servicios se debe al mayor peso de las actividades turísticas, comerciales e inmobiliarias.

La provincia presenta una menor especialización industrial que la media española (el peso de este sector en el PIB es del 9% frente al 15% en el total nacional). El sector de la construcción supone el 7%, dos puntos por encima de la media nacional, mientras que el sector primario, con el 2% está algo menos representado en comparación con el conjunto de España (3%).

El turismo tiene una gran relevancia en la economía alicantina, no solo por su impacto en las ramas de actividad relacionadas directamente con la demanda turística como la hostelería, la restauración y las agencias de viaje, sino por su efecto de arrastre sobre otros sectores y actividades. Las actividades directamente relacionadas con el turismo representan el 8% del PIB provincial, aunque se estima que el impacto económico del turismo en la provincia de Alicante se sitúa en torno al 24% del PIB provincial.

El impacto de la crisis en el sector turístico ha sido mucho mayor que en otros sectores de la economía

La irrupción de la pandemia COVID-19 y las medidas adoptadas para hacer frente a las sucesivas olas de la pandemia han provocado una crisis sin precedentes en el sector turístico. Las medidas de confinamiento, las restricciones a la movilidad internacional y las recomendaciones de no viajar a España por parte de numerosos países emisores de turistas han causado un fuerte impacto en el flujo de turistas extranjeros. Asimismo, las limitaciones de aforos en establecimientos de ocio y restauración, las restricciones horarias, cierres perimetrales, etc., han afectado de forma muy negativa a la actividad turística.

En la provincia de Alicante, todos los indicadores relativos a la actividad turística reflejan una intensa caída de la demanda extranjera en 2020: 4,7 millones de turistas menos que en 2019, 45 millones de pernoctaciones menos y 5.000 millones de euros menos de gasto turístico. Los dos principales mercados emisores, el británico y el nórdico, más dependientes del tráfico aéreo registraron caídas del 80%, frente a un descenso del 58% del turismo francés.

El turismo nacional también se ha vista afectado por las restricciones a la movilidad para contener la expansión del virus, aunque la caída de la demanda se ha visto amortiguada por el mejor comportamiento de los desplazamientos turísticos con origen en la Comunidad Valenciana. A pesar de ello, el gasto turístico de los españoles se redujo en 900 millones de euros.

La incertidumbre sigue siendo elevada respecto a la recuperación del turismo extranjero

El balance de 2021 sigue reflejando una gran debilidad de la demanda turística, sobre todo extranjera. Los indicadores del sector continúan muy por debajo de los niveles de 2019. El segmento hotelero sigue acumulando el mayor impacto negativo, con una caída de las pernoctaciones de extranjeros y españoles del 71% y el 35% respectivamente, en el período enero-noviembre. La rentabilidad de los hoteles abiertos de la provincia se ha reducido un 21% respecto a 2019.

El escaso dinamismo de las ramas del comercio, transporte y hostelería retrasan la recuperación del PIB

Según el Indicador Sintético de la actividad económica de la provincia de Alicante (ISpA), la actividad del sector servicios registró una intensa contracción en 2020 (-21%), debido al desplome de la actividad de las ramas del comercio, transporte y hostelería (-41,2%) que fue significativamente mayor que el que se produjo en el conjunto nacional (-26%).

El agravamiento de la crisis sanitaria que tuvo lugar a finales de 2020 y comienzos de 2021 y el endurecimiento de las medidas de contención para frenar la tercera ola de la pandemia, provocaron un nuevo descenso de la actividad. La mejora de la campaña de vacunación a lo largo de la pasada primavera permitió una relajación progresiva de algunas medidas restrictivas, lo que impulsó la recuperación de la actividad debido, principalmente a la reactivación de la demanda nacional, ya que las restricciones a los desplazamientos entre países y la obligación de guardar cuarentena siguieron pasando factura a la demanda extranjera.

El balance de los tres primeros trimestres de 2021 sigue siendo negativo. La brecha del VAB generado por estas ramas de actividad respecto al nivel prepandemia sigue siendo mayor que en otros sectores productivos, aunque el crecimiento registrado en los dos últimos trimestres está situando al sector en niveles más próximos a los existentes antes de la crisis.

Al finalizar el tercer trimestre del pasado año el VAB de las ramas del comercio, transporte y hostelería se situaba un 26% por debajo del nivel existente en el mismo trimestre de 2019. La situación es más favorable en los sectores agrario e industrial, donde el PIB ya supera los registros de 2019, mientras que la construcción y otras actividades de servicios se sitúan en niveles próximos a los existentes antes de la pandemia.

La rama de hostelería concentra el 41% de la caída de la afiliación en la provincia en 2020 y sigue siendo la actividad en la que el nivel de empleo está más alejado de los registros de 2019.

El impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral ha sido notable, aunque la recuperación del empleo está siendo más dinámica que la del PIB. El año 2021 se ha cerrado con algo más de 683 mil afiliados en la provincia de Alicante, 19.000 más que en diciembre de 2019. Sin embargo, la creación de empleo se ha concentrado mayoritariamente en las ramas de Educación, Sanidad y Administración Pública, seguido a más distancia de las actividades profesionales, científicas y técnicas, actividades administrativas, información y comunicación, y actividades artísticas recreativas y de entretenimiento.

La mayor destrucción de empleo se ha producido en las ramas de hostelería (1.176 empleados menos que en 2019), financieras y de seguros, y servicios personales, mientras que en la actividad comercial y la promoción inmobiliaria el empleo se ha estabilizado en torno al nivel de 2019. En el resto de los sectores productivos, el balance más positivo corresponde a la construcción, frente al escaso dinamismo del empleo en la industria y la destrucción de empleo en la agricultura.  

La afiliación al Régimen Especial de Autónomos se ha incrementado en algo más de 4.500 personas y en su mayor parte se ha concentrado en el sector de la construcción y en las actividades profesionales. En la hostelería, la creación de empleo autónomo (500 afiliados más) ha amortiguado la destrucción de empleos en el Régimen General.

Las empresas alicantinas presentan un tamaño inferior a la media de España y han sufrido de forma más intensa el impacto de la crisis

El impacto de la pandemia del COVID-19 sobre la actividad empresarial ha sido más intenso en las empresas de menor dimensión. En 2020 las microempresas sufrieron una disminución de ingresos de entre 5 y 7 puntos porcentuales más elevada que la de las compañías de mayor tamaño.

En la provincia de Alicante el 55% de las empresas no tiene asalariados y el 96% tiene menos de 10 empleados.

En 2020, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social en la provincia se redujo un 3,9%, lo que supone una disminución de 2.300 empresas respecto al año anterior. A lo largo de 2021 se ha producido una recuperación, aunque la cifra de empresas todavía se sitúa un 0,8% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia. 

La provincia de Alicante pierde peso en el PIB nacional y de la Comunidad Valenciana

El retroceso de la actividad turística ha sido generalizado entre los destinos turísticos españoles, aunque el impacto está siendo mayor en las provincias con una mayor dependencia de la actividad turística, como ocurre en la provincia de Alicante. Esto determina que la caída del PIB haya sido mayor que en otras provincias y, en consecuencia, que su posición en el ranking nacional empeore, tanto en términos de PIB, como en renta per cápita.

Alicante retrocede un puesto en el ranking nacional en términos de PIB situándose en el sexto lugar por detrás de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Vizcaya. El peso de la provincia en el PIB nacional se reduce hasta el 2,9%, tras permanecer en el 3% desde el año 2016. En términos per cápita la provincia retrocede hasta el puesto 45 y se sitúa en 17.252 euros, 2.800 euros menos que en 2019. El PIB per cápita de la provincia de Alicante es inferior a la media de la Comunidad Valenciana (20.792 euros) y España (23.693 euros) y también es el menor de las tres provincias de la Comunidad (17.252 euros frente a 21.667 euros en Valencia y 25.845 euros en Castellón).

El PIB per cápita de la provincia de Alicante se ha situado por debajo de la media de la Comunidad Valenciana y España, tanto durante los años de expansión como en los años de crisis. Las características de su estructura productiva, con un mayor peso relativo de algunas actividades de servicios de bajo valor añadido, la menor especialización industrial, la mayor participación de la actividad constructora, junto al perfil de gran parte de la mano de obra ha dificultado la traslación del crecimiento del PIB a la renta per cápita.

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